A finales de los 70 y principios de los ochenta llegó a las jugueterías todo un ejército de soldaditos de plástico. Producidos por la empresa Monta/Plex se vendían en un sobre que presentaba, normalmente, una aguerrida portada. Cada sobre contenía generalmente una cincuentena de figuritas de temática bélica, aunque también, dependiendo de la serie, podían tratar sobre el oeste, carreras de coches o incluso robots tipo Mazinger Z o platillos volantes.
7º de caballería defendiendo su fuerte como si de una pintura medieval se tratase
Lo mejor de todo era el precio. Por unos cinco duros (o incluso 5 pesetas, depende de la época) el niño del momento podía disponer de todo una legión de guerreros, eso sí, de la más baja calidad. Las rebabas más vistosas y multiformes solían recubrir los bordes de los cuerpos marciales, y los rostros de los combatientes solían ser borrosos, igual que los detalles de los uniformes. Aun así eran fenomenales para recrear populosas batallas en las más variadas épocas históricas.
Con estas figuras es que te metías DE VERDAD en las batallas históricas
El misterio del bajo precio se debía a que la empresa Monta/Plex compraba a bajo precio los moldes de inyección de plástico de empresas de modelismo internacionales, como Matchbox o Italeri, cuando éstos ya había perdido su eficacia para ofrecer una figura de calidad aceptable. Lo que nunca entenderé es porqué Monta/Plex vendía sobres en los que rezaba un ejército cuando las figuras eran realizadas con el molde de otro contingente. Así, por ejemplo, podías tener el sobre con el ejército de China Popular cuando en realidad eran soldados del África Corps (cabe decir que eran unas figuras excelentes y que aún mantenían un detalle digno) o creer que comprabas unidades de Corea del Sur y ser en realidad soldaditos del ejército americano de la WWII.
Todos los ejércitos tenían cabida en las series Monta/Plex.
Una de las grandes desilusiones para el niño era cuando adquiría el sobre con el ejército moderno español. Todo niño, cuando compraba las figuras, no tenía muy claro qué podía aparecer allí dentro, desconocía su ejército y estaba más acostumbrado a ver los uniformes caqui americanos o los inconfundibles trajes grises alemanes de tanta peli yanki-bélica que había visto. Pero qué impresión al descubrir unas figuras chuchurridas, mal detalladas, con un tamaño más pequeño del normal (puestas al lado de un americano parecían pigmeos). Fue la primera vez pero no la última, (como me ha sucedido este Mundial, sin ir más lejos) que tuve un sentimiento de vergüenza por mi propio país. Lo cierto es que jamás jugué con ellas, se fueron dispersando y perdiendo por los diversos jardines o bosques en los que las saqué a que les diera el sol hispano; y allí yacen enterradas hasta el fin de los siglos.
Los españolitos de Diox siempre dando el cante
Sobre de los Ejércitos Españoles.
Obsérvese la uniformación completamente nazi del supuesto sobre “Comandos de Choque” (pero cuándo, dónde, cómo)
Es curioso que aparecieran también sobres, dentro de la serie “Grandes Batallas”, en los que se anunciaba la División Azul. Imagino que en una acto de patriotismo fachendoso que intentaba dar relevancia a una ayuda, la de Franco a los alemanes en la WWII, que no fue más allá de una patética sangría de hombres que, las más de las veces, fueron reclutados a la fuerza, y utilizados por la Werhmatch como auténtico atrezzo en sus planes de batalla. Apareció un sobre con la "Batalla de Krassnyj Bor", enfrentamiento ruso-español que no lo conoce ni el Anthony Beevor, y otro sobre con la "Batalla de Stalingrado", donde los rusos se pegan de leches contra los alemanes. Lo graciosos de este sobre es ver cómo el soldado español a lo único que se limita es a llevar el proyectil del antitanque alemán, en plan esclavo, que es lo que realmente hizo en la guerra, ya que los alemanes no se fiaban un pelo de los españoles para el combate de primera línea.
Los españoles, los mejores porteadores.
“Se mira pero no se toca, boinen” (frase de un soldado alemán a un hispano de la división azul cuando éste se acercaba a un cañón)
Hay muchos sobres con dibujos realmente divertidos. Las figuras del interior a veces no tenían nada que ver y la calidad era muy desigual de uno a otro. Personalmente me encantaban los de la edad media, como el sobre titulado “Ivanhoe”. Y me quedé con las ganas de abrir uno titulado “Monstruos” subtitulado “Monstruos de ayer, hoy y mañana”. También existía un sobre titulado “Montaman” que contenía un hombrecito semiarticulado del tamaño de un paquete de tabaco, que se tenía que montar y que tenía un desconcertante rostro de forma de pera, con media sonrisa, peinado con raya y que se asemejaba enormemente a nuestro Príncipe Borbón.
Siempre hubo monstruitos en nuestra vida y siempre los habrá.
Invade el salón con tus muñequitos mientras miras la serie “V”
Quizás os queden algunos soldaditos Monta/Plex por ahí, perdidos en una bolsa del trastero, si no hicistéis como yo, que los quemé en un funeral vikingo. Si aún los conserváis, sacçadlos del olvido y dejad que desfilen de nuevo entre vuestras manos recordando aquellas belicosas infancias repletas de Geypermans con el traje de guardia civil, o de Airgamboys con sus monolíticos brazos y piernas, empuñando rifles mientras mantenían sin vacilar una agradable sonrisa, sabiendo como sabían que sus plásticas pelucas siempre mostrarían un perfecto peinado.
El primo de John Wayne en un desembarco yanqui.